La legalización del cannabis no aumenta su consumo.

    Desde los años 80, los holandeses pueden adquirir cannabis en las populares 'coffee shops'. Según los contrarios a este tipo de política, el acceso fácil a la marihuana no hace sino facilitar su consumo. Sin embargo, un estudio acaba de quitarles la razón: las pautas de consumo (edad de inicio, cantidad de droga...) en Amsterdam son similares a las de ciudades donde esta droga es ilegal.

"El argumento de los partidarios de la criminalización es que, sin la amenaza de un castigo, la prevalencia, frecuencia y cantidad de cannabis consumido aumentará y supondrá una amenaza para la salud pública", explican los autores del trabajo, publicado en el número de mayo del 'American Journal of Public Health'. "Nuestros hallazgos ponen en duda tales atribuciones", precisan.

"Hasta ahora no había habido estudios rigurosos diseñados para averiguar si la penalización limita el uso [de esta droga] o si la legalización lo aumenta. Nuestro trabajo comparó la evolución de dos muestras de usuarios de dos ciudades con muchas semejanzas pero con diferentes controles de drogas: Amsterdam y San Francisco", cuentan estos expertos, procedentes de las universidades de Amsterdam (Países Bajos) y California (EEUU).

Ambas tienen algo más de 700.000 habitantes, son los ejes financieros y de ocio de la zona y tienen una imagen de urbe cosmopolita, liberal en política y tolerante en lo cultural. Sin embargo, su legislación en cuanto al cannabis es totalmente diferente: en Amsterdam, es posible vender y comprar marihuana en 288 'coffee shops' y consumirla en público, actividades que son delito en la ciudad estadounidense.

La encuesta

Los autores entrevistaron a más de 5.000 personas de ambas cuidades y seleccionaron a aquellos que habían consumido la droga en, al menos, 25 ocasiones, que resultó ser el 12% de la muestra recogida en la ciudad holandesa (535 voluntarios) y el 39%, es decir, tres veces más, en el grupo estadounidense (349 participantes). Pese a las diferencias en la regulación del cannabis, el perfil del usuario era similar: habían empezado a usar la droga en torno a los 16 años, a los 19 comenzaron a fumar regularmente y, dos años después, alcanzaron un periodo de consumo máximo.

"O la disponibilidad en San Francisco es equivalente a la de Amsterdam a pesar de las diferencias legales, o el acceso en sí mismo no influye en las pautas de empleo", dicen los autores a raíz de sus hallazgos.

"También hemos encontrado similitudes consistentes en el perfil del usuario. (...) La trayectoria básica era la misma en ambas ciudades en todos los aspectos: un aumento del consumo hasta un periodo máximo, seguido por un descenso constante o incluso por el abandono de la droga", prosiguen estos expertos. De hecho, un tercio de los entrevistados había dejado la droga en el momento de la entrevista.

"Desde un punto de vista de salud pública, resulta significativo que la gran mayoría de los usuarios experimentados de ambas ciudades nunca hayan consumido diariamente o grandes cantidades, ni siquiera en sus periodos máximos, y que el consumo disminuyese tras esas etapas", agregan.

¿Qué suponen estos resultados?

"Si las medidas sobre las drogas fuesen una importante influencia sobre el consumo del usuario, no habríamos detectado unas similitudes tan grandes entre dos legislaciones tan diferentes. Nuestros hallazgos no apoyan la idea de que la criminalización reduzca el consumo del cannabis y de que la legalización lo aumente. Es más, la despenalización holandesa no parece estar asociada con un mayor consumo de otras drogas ilegales en comparación con San Francisco", argumentan los firmantes del trabajo.

Y es que estos expertos creen que en lo que se refiere a drogas ampliamente utilizadas, como es el caso del cannabis, lo que condiciona su consumo no son las medidas legislativas, sino los "controles sociales" (normas sobre cuándo, dónde o con quién fumar esta droga) que se impone a sí mismo el consumidor. Tanto en San Francisco como en Amsterdam, casi todos los entrevistados (80%) habían advertido a los nuevos usuarios de las ventajas de la moderación.

ISABEL ESPIÑO
mundosalud 10-05-04